viernes, 7 de septiembre de 2018

Reseña especial: Harry Potter y la cámara secreta.

¡Hola de nuevo, lectores! Como cada semana os traigo un análisis sobre alguna obra que haya leído anteriormente. Este viernes en concreto vengo con una entrada muy esperada ya que, debido a su 20 aniversario, he decido deleitaros con la segunda entrega de HP, titulada; “Harry Potter y la cámara secreta” (Harry Potter and the chamber of secrets”, en original). Por ello, si queréis conocer los entresijos que contienen sus páginas, poneos vuestras capas, y agarrad las varitas porque, ¡comenzamos!


HP2: Edición especial 20 aniversario en inglés.
Tapa dura: arriba.
(Comparar con la imagen inferior de HP1)

Nota: Si queréis leer antes el análisis que hice de la primera entrega de HP, titulada: "Harry Potter y la piedra filosofal" (o en original; "Harry Potter and the sorcerer´s stonepincha aquí .)

Al igual que hice el año pasado, esta será una reseña especial, pues este verano ha salido la edición ultra exclusiva con los colores y escudos de cada casa. Yo, como no quería repetir con el primero, me he comprado la de Ravenclaw motivada por un consejo ajeno. Aunque ahora he de decir que quiero asesinar a esa persona (que sé que me está leyendo así que ya se puede dar por aludida) porque no me di cuenta de que si gastaba mi segunda casa favorita en el-libro-que-todo-el-mundo-odia (no temáis, vendré con esta parte más adelante), me quedarían las que no soporto para el mejor libro, o llamado por los magos de a pie como el-que-todo-el-mundo-ama (el tercero, por supuesto), y los demás que también están muy bien (Gryffindor tenía que ser. Ya os dije yo que no son de fiar).

No obstante, he de resaltar que estoy super contenta con la compra. El diseño, al igual que la vez anterior, es único y muy vistoso, por lo que lo recomiendo 100%.

A pesar de este encanto, debéis de saber un pequeño problema que ha tenido la editorial con esta parte en concreto. Básicamente la han pifiado un poco con los formatos, los cuales están al revés. Es decir, la piedra filosofal en TAPA BLANDA es del mismo estilo que la de TAPA DURA de la cámara secreta, y viceversa. Sinceramente no entiendo cómo se les ha pasado algo tan básico pero bueno, ambas son muy aconsejables, de modo que así aprovechamos y tenemos los dos estilos en la estantería.


HP1: Edición especial 20 aniversario en inglés.
Tapa dura: Abajo
(Comparar con la imagen superior de HP2)

Bien, una vez aclarado esto pasemos a la trama.

Es el segundo año que Harry va a ir a Hogwarts, y el pobre está algo triste porque, por más que se lo prometieron, sus amigos no le han escrito en todo el verano.

No os preocupéis, no es que sean unos desalmados que hayan pasado de Potter por toda la cara. La culpa de todo esto la tiene su malvadísimo tío, el cual le escondió las cartas durante todos esos meses sin razón alguna (como podemos comprobar el nivel de inteligencia emocional en esa casa sigue por los suelos. De primeras no tiene mucho sentido que nos los planteen así, pero cara a la historia estos detalles son necesarios para que así veamos un Harry con ganas de ir a clase, en vez de ser como los chicos de su edad que lo único que desean es que no se acaben las vacaciones jamás).

A colación de esto vemos como la relación de Harry con sus familiares sigue siendo digna de telenovela, por lo que nuestro protagonista no para de contar los días para poder marcharse de ese infierno otra vez. Pero, como era de esperar, un infortunio traído de la mano de un elfo doméstico, se cruza en su camino para decirle que no vaya a la escuela porque le aguardan muchos peligros.

Antes de seguir quiero explicar que los elfos domésticos son los mayordomos de los magos ricos, y van en taparrabos porque si les das una prenda los liberas, y ya no te tienen que servir nunca más. Así que ya sabéis, mucho ojo con darles la colada no vayan a creerse algo que no es y os quedéis sin elfo al que hostigar.

Dicho esto seguimos donde lo dejamos.

Harry al ver tal confesión le dice al elfo que tararí, que para penurias ya están las de su hogar, y que se va igualmente. A lo que el bicho ese (que a mí me cae especialmente mal aunque todo el mundo lo adore) responde con perrerías varias para poner al chico en problemas, hasta que el tío, al pensar que había sido el niño, le prohíbe ir a Hogwarts.

Se pega a él mismo si cree que ha hecho algo malo. Así de irritante es.

¡HE AQUÍ EL PRIMER DRAMA! Pobrecito Harry, no llevamos ni 50 páginas y su futuro en Hogwarts ya corre peligro. Si no quedasen otras 300 por leer pensaríamos que la cosa va en serio, pero como tenemos algo de perspicacia (sobretodo nosotros, los Slytherins) pues tan solo esperamos pacientemente a ver cómo va a salir de este enredo.

Esto remedio no se hace mucho de esperar. Una noche cualquiera Ron aparece con dos de sus múltiples hermanos, en la ventana de Harry, montados en un COCHE VOLADOR (todo muy normal). Harry, con su horchata en las venas, se asombra lo justo, y se va con ellos tan contento, dejando atrás la casa de sus tíos hasta el próximo verano.

Resumiendo esta parte, así será como Ron y él harán su entradita triunfal en Hogwarts. Estos estamparán el auto contra el sauce boxeador, Snape se pondrá hecho una furia, y tendrá que venir Dumbledore a eximirlos del castigo, ya que, como todos sabemos, en ese colegio hay unas normas inquebrantables excepto para Potter, que en ese caso levantamos la mano con una facilidad asombrosa.

Una manera tan válida como otra cualquiera de llegar al colegio.

Con todo este precipitado comienzo, empiezan las clases y con ellas los problemas. Harry empieza a oír susurros entre los muros que le dicen cosas horribles (por última vez, Potter, ¡déjate de intentar manejar las cosas por ti mismo, y pide ayuda a un adulto decente, por favor!), hay arañas por todas partes, y Ginny (apodada “la planta” por mi persona), la hermana pequeña de Ron que acaba de empezar su primer año, está más rara que un perro verde.

Por si no fuera suficiente con que Harry nos venga con estos desvaríos, de repente nos encontramos con que en un pasillo del castillo está escrito CON SANGRE La cámara de los secretos ha sido abierta. Enemigos del heredero temed”.

Lo normal en un día lectivo de Hogwarts.

Aquí se empieza a creer que han sido los Slytherins tratando de obtener venganza después de que les quitaran la copa de las casas INJUSTAMENTE el año pasado, pero a pesar de esta sospecha todo el mundo anda más que aterrado por el colegio.

Y claro, en estos momentos de desconcierto es cuando podríamos pensar que algo harán los profesores, y el director. Porque no se, que un alumno ande por ahí diciendo que oye voces que le amenazan ya es grave, pero es que esto ya pasa a DEMENCIAL.

Pues, como si no conociéramos ya por dónde van los tiros en esta saga, aún nos asombramos de que NO HAGAN NADA (bueno, a ver, ellos dicen que tomarán cartas en el asunto, pero todos sabemos que es un “ya lo haré más adelante si se me tercia”.) Vamos, que mucho “Hogwarts es un lugar seguro” pero no será gracias a ellos. (Quiero aprovechar para exponer una mención especial explicando que este es el libro en donde castigan a los niños haciéndoles ir al bosque prohibido DE NOCHE Y CON APENAS SUPERVISIÓN. Soy extremadamente fan de ese momento, si alguna vez creo que me sobran alumnos tiraré de sus estrategias que me parecen muy infalibles).

Vosotros avanzad solos por ese lado, a ver si así os ocurre algún "accidente".

Como era de esperar dada la “eficaz” actuación de los docentes, aquí no se queda la cosa. De pronto, comienza a aparecer gente petrificada. Así, tal cual. Primero un gato y luego alumnos. Pensaréis que este es el mejor momento para suspender el año escolar dadas las circunstancias. Pues nada de eso. Nos ponemos a investigar un remedio y a correr, que en peores momentos nos hemos visto.

Esto no es nada, exagerados, que sois todos unos exagerados.

Con todo esto, Potter y sus amigos se ponen a investigar a ver qué pasa, y da la casualidad de que en uno de estos momentos detectivescos, nuestro protagonista se encuentra con un viejo cuaderno que pertenece a un tal Tom Marvolo Riddle. Al abrirlo se da cuenta de que si escribes en él la tinta desaparece, pero luego alguien “al otro lado” te contesta.

Con esto, Harry se queda fascinado y se pone a conocer el pasado de este apuesto muchacho más tieso que un ajo, el cual tiene un toque malvado que ya nos hace sospechar que algo terrible va a pasar. Lo mejor es que el nombre es un anagrama en sí, que dice “I am…”, es decir “Yo soy…” (No os diré lo que sigue para no spoilear, pero es de cajón sacar el resto), lo cual a mí me parece muy gracioso imaginarme a ese personaje juguetear con su nombre de esa manera hasta dar con un apodo que le pareciese de su agrado.

Es Slytherin, por supuesto.

Como cabe imaginar, después de tanta sangre, susurros, petrificaciones, y diarios siniestros, ya se desmadra todo hasta límites insospechados, pero como siempre, no os contaré el final que no quiero estropearos el glorioso momento en el que se descubre quien estaba detrás de todas estas desavenencias.

En general, en cuanto a mí y a unos más respecta, este es el libro más flojo de todos, por lo que no es de extrañar que esta trama no os apasione demasiado.

Sin embargo, a pesar de esta negativa también he de destacar que, aunque haya leído muchas opiniones en contra de esta historia, tengo varias amigas a las que les encanta, y es su ejemplar favorito de entre toda la saga. De manera que creo que es más bien cuestión de gustos.

Por ello, mi recomendación es que si aún no lo has leído no pierdas el tiempo. Es posible que no lo encuentres a la altura de los otros, pero siempre puedes echarte unas risas al acordarte de las palabras de Dumbledore sobre Hogwarts, anunciando a los cuatro vientos que es un lugar muy seguro, mientras ves como caen todos como moscas a manos de ese ser misterioso.

Eso es todo por hoy. Nos vemos en la siguiente entrega, mágicos lectores. Hasta entonces sed buenos, leed mucho, y tened cuidado con los encantamientos que los carga el diablo.

Con cariño.

La bibliotecaria de Dunwich.

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