jueves, 25 de octubre de 2018

Reseña: Strange weather in Tokyo de Hiromi Kawakami. (Sin spoilers).

¡Hola de nuevo, lectores! Como siempre aquí os traigo una de mis últimas lecturas para compartirla con vosotros. En esta ocasión vengo con “Strange weather in Tokyo” (“Sensei no kaban”, en original) de Hiromi Kawakami, al que le he puesto dos míseras estrellas en Goodreads. Si queréis saber el motivo de esta puntuación tan baja poneos cómodos porque ¡empezamos!




Nota: Este libro no existe en castellano ni tiene pinta que vaya a traducirse dentro de poco tiempo (que yo sepa). Su inglés (idioma en el que yo lo he leido) es de un nivel medio. Si no os veis capaces de leerlo no pasa nada. Quedaos por las risas porque lo que viene a continuación no tiene desperdicio.

Bien, aclarado este tema os cuento como me hice con este ejemplar. Estaba yo deambulando por una librería de Londres (todo momento es bueno para presumir de viaje) cuando, en una sección de ofertas, me encontré con este libro. Nada más verlo me llamó la atención su portada (aunque después comprobé que no tenía nada que ver con el relato), así que lo ojeé y vi que era una ganga porque tenía el lomo un poco roto (seguramente de haber cedido ante la presión de guardarlo entre otros tomos). Como acababa de leer a Murakami y me interesa la cultura asiática en general, miré por Google las puntuaciones que había dado la gente acerca de él y, como lo ponían bastante bien, lo adquirí de inmediato.

Consejo personal: No os fieis nunca del medidor de Google que te dice lo típico de “al x% le ha gustado este libro”. En mi caso, al menos, ¡nunca acierta!

Bueno, que me lío, el caso es que me lo vendieron como una divertida novela de amor algo entrañable. Y sí, amor hay (a su estilo más o menos), pero lo de que sea divertida y entrañable ya es más cuestionable, porque, no sé si es que soy demasiado “occidental” para pillarle el humor y la esencia en general, pero es que me das a mi esa premisa y te la hago en un párrafo, ¡no en casi 200 páginas en las que se estira el chicle a más no poder!

Soy consciente de que, como ya sabemos, para llegar de un punto A a uno B en un tramo corto de historia, los japoneses dan mil vueltas, hacen un triple tirabuzón hacia atrás, y se cuestionan mil cosas antes de dar el paso. Pero este cabreo mío, a pesar de que tiene que ver con este tema, es dado, no solo por ello, sino por todo aquello que engloba la trama. Podría explicar íntegramente mis ideas ahora mismo, pero, primero contaré el argumento para que podáis seguirme el análisis.

No he visto momento en el que no se cumpliese.

Nuestra protagonista es Tsukiko una mujer de 38 AÑOS (recalco la edad para que después podáis comparar sus hazañas con la madurez que implica el poseer esa cifra) que se encuentra de casualidad con su viejo profesor (entrado ya en los 60 y pico años) de la secundaria en un bar. Estos comienzan a charlotear y crean un vínculo fuerte debido a que se gustan.

Hala. Ya está. ¿Veis? No me ha costado más de unas pocas líneas. Hasta la próxima, lectores. Sed buenos y bla bla bla… Anda, seguiré contando mis impresiones que si esta señora es capaz de rellenar hojas enteras para rematar con un final que debía concluirse en la misma página del comienzo de la trama, yo puedo analizarlo más concisamente un poco más.

Si no quisiera entrar en el tema del salseo ya os estaba diciendo "¡Chao lectores! Aquí os dejo con esta historia tan tediosa. ¡Disfrutadla!"

El caso es que problema en sí no hay ninguno para que estos dos acaben juntos. Ambos están libres. Se gustan. Se interesan el uno por el otro. Pasan muchos ratos agradables haciendo un montón de actividades. Pero, no dan el paso de formalizarlo. Así de sencillo. Son como una pareja sin la etiqueta de serlo.

Y de ahí lo cómico. Me imagino. No sé. No lo tengo muy claro. Creo que la autora nos intenta vender lo “antiguo” que es el profesor respecto a temas como quedar, etc. mientras ella se lo recalca cada vez que tiene ocasión. Vamos que nos la pone como que ella es una moderna de la vida aunque no sabe ni pedirle una cita como Dios manda al “sensei” (profesor en japonés).

Que esa es otra. Hace más de la mitad de su vida que ese hombre no le da clases. Son ambos adultos hechos y derechos, pero ella jamás le llama por el apellido. Es todo Sensei esto, sensei lo otro, sensei por aquí, sensei por allá

A ver, a estas alturas comprendemos que para los japoneses llamar por el nombre es demasiado para su corazoncete, pero al menos trátale normal mujer, que el instituto hace tiempo que lo has dejado atrás. No hace falta que te comportes de esa forma todavía.

Aquí remarco lo de la actitud porque también es para darle de comer a parte en ese sentido. Que si vamos a recoger setas, sensei. QUE SI VAMOS A DISNEYLAND. Mira, Tsukiko, corazón, yo soy la primera que digo que para estas cosas no hay edad, y me chifla un montón todo lo dedicado al público juvenil, pero chica, que estás con un señor sesentón. Dudo que a él le haga mucha ilusión ir al parque de atracciones de Disney con lo caro que seguramente será, y lo abarrotado de gente que estará. Que el hombre quiera ir con sus nietos para que disfruten, pues maravilloso oye, pero llevarte a ti como si fueras una niña pequeña ya me parece demasiado que quieres que te diga.

La autora no nos expuso la cita en Disneyland y menos mal porque hubiera sido aquello algo tremendo en el mal sentido.

Y nada, después de tanto alargamiento pasa lo que pasa, y además tiene un final de lo más predecible. Por eso no estoy muy a favor de recomendar esta novela (la cual ganó el premio Tanizaki para más inri), pero si queréis echarle un vistazo, cosa vuestra, yo buscaré otras historias que me complazcan más para retornar a estos lares con otro humor.

Hasta entonces sed buenos y leed mucho, mis senseis.

Con cariño.

La bibliotecaria de Dunwich








viernes, 19 de octubre de 2018

Reseña: Magnus Chase y los dioses de Asgard: La espada del tiempo de Rick Riordan. (Sin spoilers).

¡Hola de nuevo, lectores! Una vez más por aquí me tenéis a punto de mostraros mi última lectura. Esta se titula “Magnus Chase y los dioses de Asgard: La espada del tiempo” (oMagnus Chase and the Gods of Asgard: The sword of summer”) de Rick Riordan, al que le he puesto 4 estrellas bien merecidas en Goodreads. Si queréis saber el porqué de esta nota poneos cómodos porque ¡empezamos!



El cómo me decidí a leer un libro de estas características es muy simple. Muchos sabéis que me gusta Harry Potter pero no demasiados estáis al tanto de que por encima de esta saga está la de Percy Jackson de Rick Riordan (absteneos de matarme que soy consciente de que esta es una opinión totalmente impopular).

Estaba preparada para este momento. 

Esta “herejía” se debe a que siempre me han encantado los dioses griegos y sus mitos en general. Por ello creo que ahí el señor Riordan se merece mis dieces porque te mete de lleno en el mundo antiguo de la mano de Percy, el cual además no solo te enseña todo el universo sino que también lidera unas aventuras increíbles, por lo que el aprendizaje viene completamente de la mano de esta clase de novelas que tanto gustan a los jóvenes principalmente.

Pero, como habéis leído en el título, hoy no vengo a hablar de Percy sino de Magnus Chase. Un muchacho totalmente saleroso que se verá envuelto, no dentro de la mitología griega, sino DE LA NÓRDICA.

Y es que Rick Riordan ha publicado la misma fórmula de sus narraciones anteriores, pero centrándose en la cultura escandinava esta vez. Como era de esperar yo estaba ansiosa por leerla, así que, en cuanto el libro cayó en mis manos, me dispuse a adentrarme en esta divertida novela que me sorprendió cuanto menos, ya que yo no tengo la menor idea de las historias clásicas del norte y pensaba que me costaría más seguirle el ritmo.

Árbol de los 9 mundos.

Este tema da para páginas enteras, pero, antes de exponer los detalles de mi adecuación, como siempre os digo, empecemos por el principio.

Magnus Chase es un chico que sobrevive en la calle después de que su madre muriese en un incendio. Él nunca conoció a su padre, y no se habla con el resto de la familia materna, por lo que no le quedó más remedio que vagabundear por dos años en las frías calles de Boston (parece ser que para Riordan todas las entradas a los lugares divinos se encuentran en Estados Unidos. Menos mal que no vivimos por la zona que si no menudo estrés el pensar que puedes acabar en a saber qué mundo si te pierdes un poco).

He de confesar que a mi Magnus Chase me encanta él en sí. Al contrario que lo que viene siendo un protagonista más plano como pueden ser Percy o Harry, Magnus tiene un humor muy inteligente y es increíblemente sarcástico. Debido a este carácter inusual va dejándote una sonrisa en la cara mientras te describe cualquier acontecimiento en el que se vaya viendo envuelto. (Todo hay que decirlo, aunque tenga esta manera de ser, también es capaz de ponerse serio en los momentos importantes. Es un chaval muy completo).

Además nos dicen en varias ocasiones que se parece a Kurt Cobain así que para que queremos más.

Como íbamos diciendo, Magnus hace vida en las calles hasta que, en el día de su 16 cumpleaños, un hombre al que el describe como si fuese el mismo “estilista de Satán”, comienza a atacarle CON FUEGO destrozándolo todo a su paso. El chico al verse en medio de esa situación tan surrealista no le queda más remedio de defenderse con una espada que ha sacado “mágicamente” del fondo del río, llevándose a ese malnacido a las aguas tras unos cuantos golpes a la desesperada. Por desgracia, Magnus muere con esta heroicidad, salvando a los presentes que estaban en los alrededores.

Antes de que echéis las manos a la cabeza por el pedazo de spoiler que os acabo de soltar, he de decir que el primer capítulo del libro se titula “¡Buenos días! Vas a morir” por lo que el linchamiento hacia mi persona queda anulado porque esto ES SOLO EL PRINCIPIO.

Estilista de Satán: ¡Para el cumple de Magnus nada mejor que prenderle fuego A TODO!

Después de su fallecimiento, Magnus es recogido por una valquiria (sí, así tal cual lo leéis) llamada Samirah al- abbas, a la que llaman Sam para abreviar, y nos lo lleva al Hotel Valhalla donde aquellos que han muerto de forma heroica (sean hijos de dioses, o de mortales) acaban formando parte del ejercito que Odín está creando para el Ragnarök (para aquellos que no conozcáis el término, es una batalla que habrá entre dioses en el fin del mundo).

Allí Magnus se dará cuenta de que sus amigos de la calle no eran tan humanos como parecían (por si no lo sabéis, en las fábulas escandinavas muchos dioses se hacían pasar por vagabundos). Al igual que Percy conocerá el linaje de su padre, y se hará amigo de dioses que, en contraposición con los griegos, conoceréis en mayor o menor medida dependiendo de aquel al que nombren.

Personaje random que suelta todo orgulloso: "Soy hijo de X dios", y yo ya toda confusa pensando: "¿Y ese quién es?

Como es de suponer, el arma que “recoge” del río resulta ser la espada de verano (menuda traducción chapucera nos han hecho en el título con eso de llamarla “del tiempo), y con su muerte nuestro Magnus se mete en un embolado digno de película donde debe retrasar la llegada del temido Ragnarök, mientras procura no perecer otra vez, junto con sus nuevos (y no tan nuevos) amigos.

Soy consciente de que todo esto resulta un poco abrumador, sobre todo si no conoces casi nada de la mitología nórdica, como le ocurría a una servidora, pero no temáis, Rick Riordan sabe del tema y lo explica todo bastante bien para que podamos entender todo lo que ocurre (yo podría explicaros con todo detalle la oposición entre empirismo y racionalismo pero supongo que no vendería tantos libros).

Digo esto porque, teniendo en cuenta la edad y el conocimiento del lector, a parte de las explicaciones pertinentes, la novela cuenta con una descripción de las runas, los nueve mundos, y un glosario con todas las palabras de la terminología, para poder entenderlo todo a la perfección.

Por otro lado, y teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, hay que destacar que esta trama está explicada con cierto humor. Riordan se toma la libertad de señalar lo poco fieles que son las películas Hollywoodienses ante dioses como Thor, mientras él añade a la verdadera historia ficticios detallitos actuales para no hacer la lectura tan pesada. Además, como era de esperar, mete un guiño a su anterior saga nombrando los famosos desmayos de Jason Grace directamente, aunque como argumenta Magnus “no se sabe quién es ese”.
"Hearthstone se desmaya todavía más que Jason Grace (aunque no tengo ni idea de quién es ese)".

Obviamente esto es una ficción continuada, por lo que el primer libro se centra más en introducir el mundo que nos acompañará durante unos cuantos volúmenes más. Yo aseguro que seguiré con la lectura del segundo y el tercer tomo (que son los que ya están a la venta), porque este me ha enganchado de sobremanera. A vosotros deciros que, si os gustan esta clase de tramas, deberíais al menos, echarle un vistazo a la espada del tiempo (en serio, lo de “tiempo” a mí me mata un poco cada vez que lo digo) estoy segura de que no os defraudará.

Por mi parte nada más. Volveré la semana que viene con más lecturas. Hasta entonces sed buenos, leed mucho, y si os encontráis con Thor no se os ocurra hablarle de las series de moda. Al parecer va un poco atrasado con los capítulos y odia los spoilers.

Con cariño.

La bibliotecaria de Dunwich



viernes, 12 de octubre de 2018

Reseña: La reina roja de Victoria Aveyard. (Sin spoilers).

¡Hola de nuevo, lectores! Como cada semana aquí me tenéis un día más de la mano de una de mis lecturas. En esta ocasión os traigo “La reina roja” ("The red queen", en original) de Victoria Aveyard. La primera parte de una saga a la que le he puesto 4 estrellas en Goodreads. Si queréis saber el motivo de esta puntuación poneos cómodos porque ¡empezamos!


Como igual no estáis muy adentrados por los mundos más literarios de internet, os comento que la reina roja tiene muchísima fama entre los seguidores de esta clase de novelas. Si bien es verdad que tiene muchos fans, también hay que destacar que es muy criticada a su vez por otros tantos, por lo que su disparidad me atrajo a comprarlo y sinceramente, acabó gustándome más de lo que me esperaba en un principio (ojo, estoy hablando solo de la primera entrega, puede que después empeore y las detracciones hacia ella tengan para mi más sentido. Eso lo veremos más adelante cuando termine la colección).

No voy a mentiros. El hecho de leer una obra de este calibre después de lo harta que quedé de “Los jóvenes de la élite” (tengo que acabar el tercer volumen, lo sé. A sus seguidores, (que me consta que tengo bastantes siguiéndome por estos lares), deciros que no se me olvida, solo necesito un poco más de paciencia para ponerme a ello), el hecho de empezar otra vez con un relato de dudosa calidad, me echaba un poco para atrás. Pero, como este año me he propuesto leer una diversidad de géneros concretos, incluyendo una historia distópica, pues me la compré, y me la leí del tirón.

Su trama, como es de suponer, tiene las principales características que reúnen estas ficciones. Literalmente hablando estamos en un mundo dividido por el estilo de sangre que tenga cada uno.

Esta diferencia no se limita al RH, sino que va más allá existiendo dos tipos de linajes. Primero están los de sangre plateada, aquellos de la alta sociedad que tienen poderes a lo x-men (muy recurrente en esta clase de novelas), y luego los de sangre roja, que son los que viven pobremente en las tierras, trabajan para los plateados, van a la guerra como soldados rasos, etc.


Como era de esperar (aparte de que el título nos lo dice bien claro), nuestra protagonista es una chica de sangre roja llamada Mare Barrow, la cual viene de una familia pobretona de los barrios bajos. Esto hace que Marre desarrolle un gran talento para robar aunque sus allegados no lo vean con muy buenos ojos. Ellos tienen en más estima a su hermana Gisa, que se esfuerza por coser modestamente para los plateados, y abrirse un hueco entre el mundo de los bordados. (Como no, la hermana angelical ya está aquí. El día que nos falten en esta clase de libros daremos saltos de alegría, pero parece ser que aún tenemos que aguantarlas durante algunos años más hasta que se cansen de ellas).

Dejando a un lado estos personajes planta, y volviendo con Marre que es la que nos interesa, cabe destacar que todo su mundo comienza a cambiar una noche en la que, en una de estas en que estaba con la mano suelta, se dispone a robar a un hombre a la salida de una taberna. Este se percata de su presencia y, al ver que la chica no tiene casi ni para comer, le regala un buen dinero sin pedirle nada a cambio.

Bien, pues, como no, quien derrocha tanta generosidad es EL PRINCIPE. Y aquí hago un parón porque sé que, a estas alturas, todos estáis atando cabos con el título, y creyéndoos ya un poco Sherlock al atisbar por dónde van los tiros. ¡Pues nada de eso, majos! Siento decepcionaros pero la cosa no va por ahí. Este buen hombre, que se llama Cal por cierto, le ofrece un trabajo para ayudar en un acontecimiento importante de los plateados. Marre va, la lía parda (como era de esperar), y por guardar las apariencias, tiene que estar cerca de este y de su hermano pequeño Maven.

Después de esto, no entraré en detalles para no spoilear, pero la cosa se pone en modo juego de tronos total (salvando las distancias, que no quiero ofender a nadie con el símil), hay mucha acción (cosa que me gustó bastante dejando el decaimiento que da hacia la mitad para rellenar páginas), y el final, aunque es esperado, te deja con ganas de seguir con la trama para saber que va a pasar.


Como he dicho antes, no voy a colaros ninguna mentira. Este no es el libro del año y, como afirma mucha gente, está lleno de tópicos que ya nos cansan a estas alturas. No obstante, no sé si es que mis expectativas eran muy bajas, o que me pilló en una época donde necesitaba desconectar un poco de tanto estudiar, pero lo cierto es que no me desagradó su lectura. Por eso, si os gustan esta clase de distopías probad a darle una oportunidad. Igual os sorprende para bien.

Yo por mi parte imagino que continuaré su historia, pero lo haré más adelante que tampoco tengo prisa por leer lo que me queda de ella.

Os veo en la siguiente entrega, lectores. Hasta entonces sed buenos y leed mucho.

Con cariño.

La bibliotecaria de Dunwich.

P.D. Como toda novela juvenil con algo de fama, tengo entendido que una productora tiene comprados sus derechos para llevar esta historia a la gran pantalla. Si al final se realiza o no eso ya es desconocido para mí. Estaré atenta a novedades, y si las hay, os las incorporaré en las demás reseñas de la reina roja sin falta.

viernes, 5 de octubre de 2018

Reseña: No tengo boca y debo gritar de Harlan Ellison. (Sin spoilers)

¡Hola de nuevo, lectores! Otra vez me tenéis por aquí, esta vez con una reseña especial, pedida explícitamente para el blog. Se trata de “No tengo boca y debo gritar” (o en original, “I have no mouth and I must scream”) de Harlan Ellison, ganador del premio Hugo en 1968, al que le he puesto unas dudosas 4 estrellas en Goodreads. Si queréis saber el motivo el porqué de mis indecisiones poneos cómodos porque ¡comenzamos!


No tengo boca y debo gritar es un relato corto de unas 16 páginas más o menos (variará según el formato del libro), y no está traducido oficialmente en español. Por lo que sus referencias son todas en inglés.

Durante el recorrido de esta aventura podemos encontrar a 5 personajes que parecen estar prisioneros por una inteligencia artificial llamada AM. Esta ha tenido muchos nombres anteriormente, pero se ha reducido a esas siglas que, curiosamente, dejan entrever que viene de la célebre frase de Descartes “Pienso luego existo”, o en este caso “I think, therefore I am” (en original, “Cogito ergo sum”).

Pronto nos damos cuenta que la cualidad de AM no es solo que sea una inteligencia artificial de tecnología puntera, sino que lo que resalta entre sus increíbles habilidades es que puede pensar por sí misma. Sí, como lo oís, los humanos fueron capaces de crearle autoconciencia, dejando con ello que ella misma lidere sus propios pensamientos.

Antes de seguir debo destacar que esta idea no es “nueva”. La trama de una IA opresora fue tremendamente explotada por la ciencia ficción, ya que juega con el valle de la incertidumbre, (o valle inquietante).

Un ejemplo de valle inquietante.

Para aquellos que no conozcáis este término, os explicaré que se trata del temor/rechazo de las personas ante aquellos aparatos artificiales que se parecen demasiado a los humanos. El grado de desconfianza está ligado al realismo del objeto en cuestión. A más falsa humanidad por su parte, más incomodidad causará. Este repudio natural, hace que las empresas cuiden al detalle sus tecnologías para que, aunque sean cercanas, siempre puedas estar a salvo de esta respulsa psicológica. Una clase de ejemplos sobre el tema son las películas (o producciones en general) animadas, que siguen en cierta medida caricaturizando a sus personajes para que no tengamos ese desafío. Los ojos de los muñecos no pueden ser muy detallados (o si lo son, como en el caso de las muñecas de porcelana, te puedes sentir observado por un objeto que no debería mirar, y por tanto te inspira una gran inquietud el estar cerca de ellas), maniquíes, y por supuesto, los robots.


El ser dominado a la fuerza por una inteligencia robótica es un miedo relativamente común, que, como acabo de decir, ha sido explotado por la ciencia ficción a más no poder. Títulos como, “Yo, robot”, “Terminator”, y “Odisea en el espacio”, tratan este tema. Pero, a mi parecer, ninguno le da tanta fuerza como lo hace, "No tengo boca y debo gritar".

En esta historia AM va más allá de lo que la supuesta “protección”, expuesta en los títulos mencionados, hace que las máquinas sometan a la raza humana. En esta ocasión, después de que se inventase AM en la tercera guerra mundial (en el mundo distópico de I have no mouth, después de la guerra fría se desata la temida tercera guerra mundial), esta cobra conciencia y, acaba desarrollando tal odio hacia nuestra raza que nos liquida a todos excepto a 5. Estos son: Ted, el más joven y narrador de la historia, Gorrister, Barry, Nimdock, y Ellen.

Básicamente, el argumento nos enseña las penurias a las que son sometidos por culpa del tremendo desprecio que siente AM hacia ellos, aunque, por mucho que les ocurra, nunca les deja morir. Es una especie de obsesión- adicción lo que siente por ellos, dejándolos vivos por cientos de años.

La historia superficialmente no tiene mucho más, es un argumento lineal con un final estremecedor. Es el trasfondo filosófico-religioso lo que premia en este relato, teniendo cientos de teorías al respecto.


A mí, sinceramente, como me hablaron primero de él antes de leerlo, me esperaba otra cosa. Los personajes me parecieron muy planos, creados por un hombre ególatra. Por eso dudo un poco de mi nota. Pero, a pesar de ello, y visto la originalidad de la trama en sí, decidí ponerle una puntuación alta gracias al hecho de que pocos habían dado a una máquina uno de los caracteres más retorcidos que puede albergar la conciencia racional.

Por lo tanto, si queréis rebanaros los sesos intentando descifrar todo lo que contiene esta pequeña novela, leedla. No os dejará indiferentes. Por mi parte no os relataré más, que la gracia está en que seáis vosotros mismos quienes descubráis todo lo perturbador que puede llegar a ser este escrito.

Nos vemos en la siguiente entrega lectores, hasta entonces sed buenos y leed mucho.

Con cariño.

La bibliotecaria de Dunwich

P.D. Si bien No tengo boca no goza de una versión animada, si tiene un videojuego basado en su historia, titulado de la misma manera. Yo no lo he probado pero tengo entendido que es bastante reconocido entre los fans de la novela. Así que si os gustan esta clase de entretenimientos no dudéis en echarle un vistazo.