viernes, 17 de agosto de 2018

Reseña: A todos los chicos de los que me enamoré de Jenny Han (Sin spoilers).

¡Hola de nuevo, lectores! Tenía preparada otra reseña para este viernes pero, como es una fecha un poco señalada, la dejo de lado para traer el análisis del libro que trae hoy mismo Netflix en formato visual. Se trata de “A todos los chicos de los que me enamoré” (en original: “To all the boys I’ve loved before”) de Jenny Han, al que le he puesto una mísera estrella en Goodreads. Si queréis saber el motivo por el que le he dado esta horrible nota poneos cómodos porque ¡empezamos!



Antes de nada he de decir que el problema ha sido más mío que de la obra, ya que yo esta clase de tramas no las suelo soportar demasiado. Básicamente, aunque la conocía desde hace bastante, me propuse leerla porque Netflix había decidido sacar versión cinematográfica (y yo me declaro super fan de que hagan caso a los títulos populares entre los lectores de a pie). Así que esperándome otro “por trece razones” (que conociendo mi opinión acerca de esta historia ya veis que tampoco ponía el listón muy alto) me puse con ella a ver qué tal estaba.

Y bien, básicamente el título es el primero de una trilogía que le siguen “P.D. Todavía te quiero” (“P.S. I still love you”) y “Para siempre, Lara Jean” (“Always and forever, Lara Jean”).

El que comienza la saga es del que vamos a hablar en estos momentos. El resto no los he leído, ni creo que lo haga a no ser que me lo pidáis expresamente (no seáis malos que os veo venir).

Sin más dilación comienzo con su análisis. Esta novela tiene un argumento bastante simple. Nuestra protagonista es Lara Jean, una adolescente con ascendencia coreana por parte de madre, que vive con su padre viudo, y sus dos hermanas, en América. Ella es la mediana, y como se quedaron sin madre cuando eran muy niñas, las tres chicas están bastante unidas. Sobre todo ella a la progenitora, a la cual ADORA, y la tiene siempre en sus pensamientos.

Margot es esta agraciada muchacha que parece llevar las riendas de la casa. Ella sale con el mejor amigo de Lara Jean, llamado Josh, y se van los tres por ahí juntitos todo el rato (aquí ya vemos algo chungo pero vamos a dejárselo pasar que esta historia tiene de todo).

Mi cara al ir descubriendo estas cosillas de Lara Jean.

Luego está la pequeña que es el alivio cómico, y la conveniencia argumental para algunos casos, llamada cariñosamente, Kitty.

Ahora que conocemos a la familia (el padre como si no existiese, y Josh como está todo el día por casa podemos considerarlo uno más) pasaremos al meollo de la cuestión.

Magot se va a la universidad allá lejos-lejísimos, rompiendo con Josh (porque su madre le dijo una vez, hace mil años, que no fuera a la universidad con novio, y oye, hay que ser cumplidora y hacer caso aunque tengas una relación fantástica), y Lara Jean se queda desolada. Ella comienza su nuevo año en el instituto cuando haciendo limpieza y demás, se da cuenta de que han desaparecido unas cartas que había escrito hace años.

Y es que nuestra protagonista se enamora poco después de que le digan “hola”, por lo que se centra en expresar sus sentimientos escribiendo cartas a los afortunados para “desenamorarse” (sí, yo tampoco lo entiendo pero allá cada uno), y en vez de enviárselas, se las queda ella, para así poder pasar página (no vaya a afrontar sus sentimientos de una forma sana. Entonces no tendríamos libro que criticar).

Pues como podéis intuir “por arte de magia” (luego se desvela cómo ocurrió todo) las misivas fueron enviadas a sus destinatarios sin que nuestra Lara Jean pudiese hacer nada al respecto (¡¡¡chan, chan, CHAAAANN!!! No nos lo esperábamos para nada). Estas son 5, y sinceramente, el que hubiese tantos personajes implicados era algo que me intrigaba, pero no os preocupéis porque de las 5 al final solo sirven 2. Lo justo para hacer el triángulo amoroso entre Lara Jean, Josh (como no), y Peter kavinsky.

Intentando parecer sorprendida ante este "terrible" giro de los acontecimientos para nada esperado.

Si me lo permitís, voy a tomar un desvío de la historia para hablar de Peter. Este muchacho es el más popular del instituto, jugador de futbol americano (que pasará con esta clase de chicos en los centros, ¿les harán una criba y pasarán los más guapos y carismáticos, en vez de los que tienen valía en el deporte, o cómo va la cosa? De verdad que es algo que me tiene intrigadísima). Tiene una no relación con otra chica popularísima, pero lo habían dejado, le llega la carta de Lara Jean, y claro. Aquí retomamos la historia. Deciden hacerse pasar por novios para dar celos a su ex novia, y ella para que Josh vea que tiene superado lo suyo, y no meterse (aún más) en la relación de su hermana, la cual ya había terminado por lo que tampoco había tanto drama.

En este punto es cuando, después de tanta obviedad, siguen dándole vueltas a lo mismo, metiendo cada vez más clichés, hasta que se vuelve inaguantable del todo. No voy a contar más porque ya no quedaría nada de lo que hablar. Tan solo quiero decir que me parece que tiene (además de no aportar nada en especial por ser tan sumamente genérico) una ranciedad abismal a la hora de tratar lo maravillosa que es Lara Jean en contraposición a cómo sería una chica normal de su edad (las cuales nos las venden de forma negativa a través de sus amigas y “rivales”), y como esos pensamientos típicos de esta clase de novelas crean un amor irreal que luego, en la realidad, es más perjudicial que beneficioso para aquellos que intentan conseguirlo.

Con esto no os sorprenderá cuando os digo que de los libros que me he leído este año (han sido unos 11) este ha sido el peor de lejos, y que como no tenga otro incentivo, no pienso acabarme esta trilogía, la cual ya me imagino como va a acabar sin haber leído ni la mitad de su historia.

Nos vemos en la siguiente entrega con “Llámame por tu nombre” (“Call me by your name”) de André Aciman. Hasta entonces, sed buenos y leed muchos.

Os espera en la próxima entrega (o always and forever a lo Lara Jean).

La bibliotecaria de Dunwich


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