lunes, 13 de noviembre de 2017

Reseña: "Matar a un ruiseñor" de Harper Lee (sin spoilers)

¡Hola de nuevo lectores! Hacía mucho que no os escribía nada por aquí, pero es que, entre la publicación de Cadent, los exámenes, y demás proyectos que tenía abiertos, estos meses han sido una auténtica locura. Por suerte, he sacado tiempo de debajo de las piedras, para poneros al día de cuales han sido mis lecturas a lo largo de todo este tiempo que he estado desaparecida. Por ello, sin más explicaciones, comenzaré a hablar de “Matar a un ruiseñor” de Harper Lee al que le he dado 5 estrellazas en Goodreads. Si quieres saber el motivo de tan alta nota quédate a mi lado porque ¡empezamos!



Como siempre os digo con esta clase de novelas, aquellos que no conozcáis este clásico de la literatura universal, es porque, o vivís alejados en algún rincón recóndito del mundo (si mal no recuerdo, hay hasta una película basada en el libro, y todo), o no estáis muy puestos en esta clase de obras. Sea como fuere, aquí tenéis mi exposición de la obra, que al fin y al cabo, para eso estoy yo aquí. Comenzaré mi punto de vista exponiéndoos el argumento para saber de qué trata esta maravillosa trama que fue galardonada con el premio Pulitzer en 1961.


La historia se desarrolla en el sur de Estados Unidos donde los prejuicios hacia la gente de color aún seguían vigentes en los ciudadanos de Maycomb, un pueblo ficticio de Alabama. El tema central es el juicio en que Aticus Finch defiende a un hombre de color llamado Tom Robinson, de la acusación de haber violado a Mayella Ewell, una muchacha blanca del vecindario, pero también podemos ser partícipes de las aventuras secundarias de los niños, como la de intentar ver a su vecino “Boo” Radley, el cual nunca sale de casa, o el desarrollo de su vida escolar en torno a los años que van pasando en la ficción.

Nosotros vemos todo lo que sucede a través de las vivencias de Jean Louise “Scout” Finch, una niña de tan solo 9 años que, junto con su hermano mayor Jem, y su amigo Dill, es participe de la transformación que va surgiendo entre los habitantes de Maycomb, al enterarse de la desgracia que ha ocurrido entre sus calles, y el posterior juicio que llevará a cabo el padre viudo de los chicos, Aticus Finch, como defensa de una persona de color ante el tribunal.

Estos tres personajes, a pesar de su corta edad (Jem es el mayor de los tres y tan solo cuenta con 12 años), tienen que aguantar burlas y vejaciones, tanto por parte de los lugareños, como de su propia familia.


A través de estas dificultades, vamos viendo como la obra trata temas tan delicados como la justicia racial, y la destrucción de la inocencia. Así también como la valentía, el amor, y los roles de género, los cuales la autora nos los pone de manifiesto de una manera sumamente clara, para que podamos comprender, no solo como Scout tiene que enfrentarse, al igual que su hermano, a los comentarios hirientes de aquellos que creen que lo que está haciendo su padre está mal, sino que además, tiene que soportar que la cuestionen tanto a ella, como a su progenitor, por el hecho de que no se comporta como debería hacerlo “una chica de su edad”.

Y es que Scout es lo que viene siendo una niña curiosa, aventurera, e inteligente, que prefiere pasar el rato vestida con un mono para poder correr, y jugar libremente, que llevar esos vestidos almidonados que su tía le insiste tanto en que debe llevar todo el día. (Aprovecho esta ocasión para revelar que yo soy super fan de Scout, sobre todo cuando la hacen disfrazarse de jamón).

Una persona que, a pesar de todos los problemas que tiene encima, está siempre a su lado, es su padre Aticus Finch, que, viendo como su hija intenta, de manera envalentonada, defender aquello en lo que cree, le va dando consejos maravillosos sobre cómo comportarse en la vida. Véase un ejemplo:

“Mantén tu cabeza alta y baja los puños. No importa lo que te digan, no dejes que te provoquen. Intenta pelear con tu cabeza, para cambiar las cosas”.

Aunque el pobre Aticus procura hacer todo lo posible para que sus hijos no se vean envueltos en todo lo que le afecta a él, laboralmente hablando, este no puede evitar que sus pequeños acaben afectados por la sociedad dañina en la que están envueltos, por lo que el hombre intenta aprovecharse de la situación para ser ejemplo de lo que él cree que es un comportamiento ejemplar, ante esta clase de diversidades, para que tengan un modelo a seguir en el futuro.


Hasta aquí os voy a contar. Como veis, me he esforzado en no explicar la trama más de lo necesario. Esto se debe a que creo firmemente que explorar todos los entresijos que nos entrega este libro es algo que debe hacer el lector por sí solo, para poder así, disfrutar de esta gran obra si no lo ha hecho todavía.

Por eso, por mi parte no tengo nada más que decir, a excepción de que espero que me hagáis caso, y os pongáis de inmediato a leer esta historia, porque realmente merece la pena descubrirla.

Nos vemos en la siguiente entrega con: “La sociedad de la rosa” de Marie Lu. Hasta entonces sed buenos, y leed mucho.

Se despide de vosotros.

La bibliotecaria de Dunwich

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