martes, 11 de junio de 2019

Reseña: Cujo de Stephen King (Sin spoilers).

¡Hola de nuevo, lectores! Una vez más por aquí me tenéis con una de mis últimas lecturas. En esta ocasión se trata de “Cujo”, del maestro del terror Stephen King, al que le he dado 4 estrellazas en Goodreads. Si queréis saber el motivo de tan alta nota poneos cómodos porque ¡empezamos!



Resulta que llevo tiempo queriendo leer esta novela ya que siempre me ha llamado la atención. Si lleváis tiempo siguiéndome recordad que os di a escoger entre esta y “Cementerio de animales” del mismo autor para reseñar primero. Como escogisteis por amplia mayoría el último título relevé a Cujo a un segundo plano hasta ahora. (Si queréis leer la reseña de cementerio de animales pinchad aquí).

Siempre he tenido la novela muy presente en casos como el del perro de mi vecino al que he apodado "cariñosamente" Cujo de lo ladrador que es, o el perro de mi abuela que cada vez que me ve me trata tal que así.

Ahora, visto en perspectiva, creo que fue un error el compararlas puesto que, aunque las dos tengan un animal como protagonista, son totalmente diferentes.

La trama de Cujo, en comparación a la otra, es mucho más claustrofóbica. Sé que puede parecer increíble dada la simplicidad de su argumento pero, una vez más, S. King sabe cómo tenernos en vilo hasta el final. Pero bueno, no quiero adelantar nada que luego el análisis se vuelve muy lioso. Empezaré contándoos de que tratan sus páginas.

La historia se desarrolla en la pequeña ciudad de Castle Rock situada en el estado de Maine.

Hay dos familias clave de principio a fin. Los Trenton formado por el matrimonio y su hijo Tad, y los Camber, que tienen otro niño, Brett, y a su perro Cujo.

Tanto los Trenton como los Camber ocultan algo de oscuridad en sus familias. Por lo que el ambiente en las primeras páginas ya empezará a vislumbrar una  hostilidad y opresión totalmente necesitadas para el desarrollo de los acontecimientos. De esto hablaré más adelante, por ahora centrémonos en el perro.

Cujo es un San Bernardo grandote, de 100 kilazos, y feliz. (El hecho de que sea de esta raza crea un contraste con los descalabros que están por venir, aunque imagino que esa era la idea pues el poner un perro con pinta más agresiva arruinaría la sorpresa posterior).

Aquí está el terror en persona.

A este le encantan los niños y la gente parece tenerle cariño. Todo iba bien hasta que, un buen día, cuando estaba persiguiendo a un conejo, introduce la cabeza en una cueva para darle caza. Esta estaba llena de murciélagos rabiosos, por lo que Cujo acaba contagiado de la rabia debido al ataque de uno de ellos.

Esto hace que veamos como empieza a encontrarse mal y su comportamiento errático comienza a preocupar al chico de los Camber, Brett, que al ver a Cujo así, intenta alertar a su madre sobre que el perro parece enfermo.

Pero, por razones comprensibles, su progenitora prefiere olvidar el tema y partir hacia el viaje que tenían planeado, ya que teme que si le dice a su marido sobre la posible dolencia de Cujo este no los deje ir.

Así marchándose al bus dejando que el mal campe a sus anchas. 

De ahí la desdicha necesaria que había mencionado con anterioridad. Resulta que Joe Camber es un borracho abusivo que tan solo ha permitido que su esposa e hijo vayan a visitar a la hermana de esta y regresar en unos días en autobús, mediante coacción y chantaje.

Con esto vemos claro el hecho de no decir nada, dado que, si llega a ser una familia más decente le dice a su padre que le lleve al perro al veterinario mientras él se va y no pasa nada pero, con el carácter de este hombre a saber la que lía por pedírselo.

Dicho tal hay que aclarar que no creo que el niño y su madre pensaran que se trataba de algo tan grave como la rabia. Debían suponer que no era gran cosa así que, tras la promesa de la señora Camber sobre que, en cuanto viese al perro mal Joe mismo le llevaría al veterinario, (menudo crédito le da, por cierto. Yo no me fiaría ni un pelo y eso que lo conozco desde hace unas pocas páginas nada más), se van los dos rumbo a la visita sin pensar en lo que se encontrarían a su regreso.

Ahora entiendo porque Rachel lo pasa tan mal viendo Cujo.

Y es que es ahí cuando se desata la locura. Al principio todo va bien porque, como iba progresivamente empeorando, hasta me ponía a animar a Cujo en el destrozo, pero luego, el ambiente va empeorando y volviéndose cada vez más opresivo hasta el final, en donde King aprovecha para dar el último giro a la historia pillándote así completamente desprevenido.

Al final yo ya estaba super angustiada con la situación. Por lo que no paraba de darles instrucciones a los personajes como si fuese así a evitar la desgracia con mis interacciones.
"¡DEJAD DE PENSAR EN SECUESTROS Y QUE ALGUIEN SE PONGA A BUSCAR EL MALDITO COCHE!" 

Como podéis observar tras este análisis, en general me ha gustado bastante la novela aunque también lo he pasado algo mal leyéndola. Por lo que, si sois de esta clase de lecturas dadle una oportunidad ya que estoy segura de que no os defraudará.

Yo por mi parte me despido hasta la próxima entrada, lectores, sed buenos, leed mucho, y cuidado con los San Bernardos que a veces no son tan dulces como parecen.

Se despide con cariño.

La bibliotecaria de Dunwich.

P.D. Sé que hay una película antigua de Cujo pero, después del mal cuerpo que me ha dejado el libro, prefiero esperar para verla. Si me da por disfrutar de ella, y la encuentro reseñable, os lo comentaré en una nueva entrada enlazada a esta. 



Aún queda alguna casilla dura de roer pero, por lo general, su progresión va a buen ritmo. 

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